jueves, 19 de agosto de 2010

Por las calles de Madrid

Si mi memoria no me falla debo haber pisado el aeropuerto de Madrid Barajas no menos de treinta y cinco o cuarenta veces incluso tal vez mas. En la mayoría de los casos lo he hecho como escala para la veintena larga de mis viajes a Latinoamérica así como para otra media docena de viajes por algunos países europeos. El resto ha sido para acudir a ferias o convenciones relacionadas con mi profesión.

No obstante a pesar de tantos y tantos viajes he de confesar que muy poco o nada conocía de la capital de España. Recientemente he vuelto a visitar Madrid y una vez más el motivo de mi visita tampoco era precisamente para hacer turismo. Aun así me había propuesto dedicar al menos el tiempo que tuviera libre para conocer aquellos lugares más emblemáticos. Siempre me había hecho la idea de que una capital como Madrid eran solo atascos de vehículos, contaminación y prisas. He de reconocer que esta idea no se corresponde en absoluto con la realidad. Motivo este por el cual Madrid me ha sorprendido más que gratamente La llegada Llegamos al aeropuerto de Madrid Barajas procedentes de Las Palmas siendo aproximadamente la una de la tarde hora local.

En aquellas primeras horas de la tarde lucia un sol esplendido más propio de nuestras islas que de Madrid en aquella época del año. Después de bajarnos del avión accedimos a la zona del metro que era el medio de transporte que habíamos elegido para llegar a nuestro destino en el centro de Madrid. Previamente nos habían informado que deberíamos coger la línea ocho hasta los Nuevos Ministerios final de dicha línea. Posteriormente deberíamos coger la línea diez y apearnos en Tribunales y finalmente coger la línea uno hasta Atocha. Una vez en Atocha nos apeamos definitivamente del metro y ya fuera de la estación cogimos un taxi que nos dejo en nuestro hotel en el mismo centro de Madrid.

Nada más llegar al hotel dejamos las maletas y nos fuimos directamente a buscar un restaurante para comer que ya eran horas, la tarea resulto bastante fácil ya que en el centro de Madrid hay una gran cantidad de restaurantes donde además se come bastante bien a unos precios bastante asequibles. Después de comer tocaba colocar la ropa en el armario del hotel y descansar un poco más que del viaje del madrugón de la mañana. Avanzada la tarde después de un reparador descanso salimos a pasear por los alrededores del hotel. A pesar de la hora aun lucia aquel solo esplendido que nos había recibido horas antes, aspecto este que hacía más grato si cabe el paseo. Nuestro primer recorrido por Madrid fue por la calle Mayor hasta la plaza de la Villa y los alrededores de esta, posteriormente de regreso siempre caminando por supuesto nos adentramos en la Plaza Mayor recinto este que tiene un encanto especial además de una gran belleza.

La Plaza Mayor es algo así como un punto de encuentro donde se dan cita no tan solo los madrileños si no además una gran cantidad de foráneos de gran cantidad de países. En esta bella plaza además se congregan una cantidad de artistas de la pintura la música etc.etc. y si además deseas comer, cuenta con una cantidad importante de variados restaurantes donde se come divinamente en un marco inigualable como es dicha plaza.

Al día siguiente llovía y la temperatura había bajado considerablemente hasta el punto de que pase algo de frio, no obstante a pesar de las inclemencias del tiempo que hacía que el día fuera bastante desapacible aprovechamos los momentos en que no llovía para recorrer la ciudad. Nos dirigimos desde la Puerta del Sol hasta la Gran Vía desde ahí hasta Las Cibeles y desde ese punto hasta la Puerta de Alcalá, posteriormente bajamos por esa misma calle hasta el Paseo del Prado visitamos la fuente de Neptuno y los alrededores del museo del Prado y de ahí a reponer fuerzas era ya mediodía. En la tarde por la calle Arenal nos dirigimos al teatro Nacional, La Plaza de Oriente, El Palacio Real y la Catedral de la Almudena.

En Madrid son innumerables los museos, teatros, monumentos, palacios, iglesias, parques y jardines. Todo ello en un estado de conservación y limpieza encomiables. Lo mismo que sus calles y avenidas. A pesar de que que ha sido algo parecido a una maratón la visita por Madrid y también que mucho se nos ha quedado atrás , he de reconocer que ha merecido la pena y que ello me ha dado pie para hacer planes de futuras visitas ya que la impresión que me ha quedado es gratísima.

El día del regreso abandonamos el hotel muy temprano ya que nuestro vuelo a Las Palmas era en las primeras horas de la mañana. Al salir del hotel para coger el taxi que no habría de llevar al aeropuerto continuaba la lluvia y el frio de días atrás aun así me acorde de aquello de "Madrid al cielo".


























































No hay comentarios: