En uno de mis primeros viajes a Panamá de los trece que he hecho hasta la fecha fue cuando tuve mi primer contacto visual con los Guaymies o Ngöbes.
Entre otras tantas cosas me llamo poderosamente la atención la llamativa vestimenta usadas por las mujeres. Esta etnia indígena se caracteriza por su contextura fuerte, su piel obscura, nariz achatada, labios gruesos y pelo lacio.
Desde ese primer contacto visual se convirtió casi en un reto conocer mas acerca de esta etnia indígena pero en su hábitat natural.
Fui consciente desde el principio que la empresa no iba a ser tarea fácil dado que estas personas habitan en comarcas rurales bastante alejadas y de muy difícil acceso. Con la particularidad añadida de que no suelen mezclarse demasiado con el resto de la gentes del país y menos aun con extranjeros. De hecho no fue hasta hace un par de años cuando tuve la oportunidad de conocer algo mas sobre ellos.
Aunque posteriormente he visitado algunas otras comarcas habitadas concretamente por esta etnia indígena mi primera visita fue a la comarca de San Félix. Les puedo asegurar que mis expectativas no se han visto jamas defraudadas ni en esta ni en posteriores visitas a la zona. La impresión que tenia de gentes desconfiadas que no dudo que lo sean. Motivos seguramente les sobra, se vino abajo tan pronto empecé hablar con ellos desde el mas profundo respeto como se debería tratar a cualquier ser humano.
El pasado año tuve la oportunidad de exponer parte del material que obtuve en mi primera visita a dicha comarca indígena. Material que iré subiendo en días sucesivos. En esa primera visita les prometí que cuando tuviera la oportunidad de volver les llevaría a cada uno una copia de las fotografías que les había hecho. Promesa que por supuesto que no se creyeron en absoluto es mas me lo dijeron abiertamente en mi cara que no esperaban que volviera y menos para llevarles las fotos.
Aun así el pasado año ahí estaba yo con un paquete de fotografías bajo un matador calor húmedo, que aun hoy me hace sudar con solo pensarlo, buscando por toda la carretera de la comarca de San Félix las desperdigadas chozas preguntando aquí y allá por las personas que aparecían en las fotos para entregárselas personal mente. La tarea no fue nada fácil y me llevo horas y mucho sudor realizarla pero mereció la pena ver aquellas personas de nuevo sobre todo a los niños. Algunos se habían transformado en apenas poco mas de un año de tal manera que en un principio casi no les conozco. La experiencia fue mas que gratificante.
En días sucesivos además de subir mas fotos les iré contando algo mas sobre esta etnia indígena
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