Vivienda de los Guaymies o Ngöbes
Las mismas constituyen caseríos (conjuntos entre 2 a 6 casas) ocupadas por personas que provienen de un mismo vínculo de sangre. Las viviendas son de diseño circular, construida directamente en el suelo.
Hoy, se aprecian cambios aculturativos en el diseño de la vivienda, como en la adopción, cada vez más usual, de los núcleos de viviendas a modo de pequeñas aldeas.
En Chiriquí, desde los primeros años del presente siglo se ha observado una tendencia a la formación de pequeños caseríos. Estos, no suelen tener por los general más de siete o diez casas, y se trata de viviendas de familias emparentadas.
En Veraguas se da como tradicional la vivienda circular y techo cónico, a la que añade el uso de “paja peluda” para forrar las paredes por donde fácilmente se cuela el viento o el frio . En torno a las casa de vivienda, tanto en Chiriquí como en Veraguas, se hallan algunas estructuras sin paredes donde instalan fogones, además existente en el interior de la casa. En relación a esto, se ha señalado que la existencia de dos fogones corresponde a los criterios de tabú en vinculación con la enfermedad, la preñez y la menstruación. De acuerdo con ello, el fogón utilizado en la circunstancia mencionada se denomina “nío-gua-boin” mientras que el de uso común se llama níogua-kói.
En Bocas del Toro, en la región costera, la vivienda guaymí, característica sobre pilares y tiene generalmente un plano rectangular. El techo, de igual forma, se hace por lo general con palmas y el piso con troncos de palma partidos. Se sube a la vivienda por una escalera monóxila, tallada en escalones. En algunas islas de Bocas del Toro es frecuente encontrar techos de zinc, ya que la palma guágara (Sabal allenii) se encuentra cada vez menos; también es común encontrar paredes hechas de tablones, los que se compran en los aserríos de Bocas del Toro. En el río Cricamola, las viviendas guaymíes que se encuentran orillando e río o a distancia del mismo siguen el patrón de erección sobre pilares, aunque allí las paredes se hacen con caña blanca y el techo con “guágara”.
El mobiliario de la vivienda, está reducido a las plataformas que se adosan a las paredes y que, cubriéndolas con un cuero de vaca, sirven para dormir; algún banco ocasional fabricado burdamente de un pedazo de tronco, y en algunos casos, una hamaca. En el interior de las viviendas se encuentran siempre el “jorón” o ático, donde se guarda la cosecha. Numerosas chácaras penden por doquier, guardando pertenencias y alimentos, y en muchos casos oficiando a modo de cuna para los niños.
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